viernes, 5 de octubre de 2007

HOMO SAPIENS
















(Dedicado a Alejandro Drewes)

Nada es suficiente para salvar
el último tono del verso mudo,
mudo y loco
se fue el verso vacío,
ese que ha matado la crueldad
que solo llega de la mano del hombre.

Diez, veinte, cien…golpes,
y la pupila derrama su inocencia,
las manos se hacen río de muerte
entre la luz helada
que desde la rabia impotente
va quedándose roja.

Y nada más existe
desde el silencio manchado
por el dolor inútil:
nada más que la cordura dividida,
nada más que la locura amancebada con el asco
desde la aversión de saberse humano…

Nieva salvajismo en el norte,
el gemido de las focas
queda acallado en algideces color rubí:
y yo, entre vómitos, me reconozco homo sapiens,
examinando la urgencia de una homoplastia
para la sordidez del mundo.

Issa Martínez

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